Las Cooperativas: Motor de desarrollo y progreso para la comunidad
Por: Abogado y Cooperativista William Arévalo
Ante todo deseo hacer llegar un fraternal saludo para todos los miembros que pertenecen a esta insigne Cooperativa de Servicios Integrales El Educador Herrerano, R.L., en adelante identificada como COOPACEH y en especial al Profesor Maximino Broce, Presidente del Comité de Educación, por permitirme colaborar difundiendo un esbozo del contexto cooperativo.
Indudablemente las asociaciones de cooperativas datan de muchos años, en el caso de Venezuela para el año de 1890 se funda la primera de ellas en la población andina de Chiguará en el Estado Mérida, como entidad de ahorro y crédito, actualmente a nivel nacional existen un total de 18 centrales cooperativas regionales, que conforman una organización de tercer grado, la cual se identifica como la Central Cooperativa Nacional de Venezuela (CECONAVE), fundada en 1976.
Cabe destacar que en América Latina surgen a través del fenómeno económico que se presenta en la postrimerías del año 1930 surgiendo de esta manera el cooperativismo en la mayoría de los países andinos, tales como en el Caribe y Centro América, bajo la iniciativa de este primer aliento nacerían cooperativas de consumo, ahorro y crédito promovidas por el Estado, patronos y organizaciones religiosas, todo ello para enfrentar la crisis económica.
Debemos entender y mantener firme que el propósito de una cooperativa es satisfacer las necesidades económicas, culturales y sociales de los miembros de la organización y de la comunidad que la rodea, generándose un fuerte compromiso de sus socios.
Partiendo de la premisa de cooperativismo, debemos comprender que cuyas actividades deben cumplirse con fines de interés social y beneficio colectivo, sin privilegios para ninguno de sus miembros u asociados.
Es importante reseñar que el movimiento cooperativo actualmente representa una fuerza económica que extiende sus beneficios a la base de la pirámide económica, propiciando la inclusión financiera hacia los más necesitados, creando oportunidades de desarrollo social, económico y ambiental.
No cabe duda que en Panamá, el cooperativismo se ha concentrado en el de ahorro y crédito, aunque sería más provechoso para los cooperativistas, que por ley, se establecieran incentivos para las cooperativas de consumo, de servicios, de vivienda y de producción agropecuaria, que tienen un fuerte impacto en la calidad de vida de los panameños.